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COVID-19: Cómo los medios influyeron en la pandemia y qué podemos aprender

La pandemia de COVID-19 no solo nos puso a prueba en términos de salud pública, sino también en cómo manejamos la información. Surgió un fenómeno que la OMS llamó «infodemia»: una avalancha de información (tanto verdadera como falsa) que hizo difícil saber en quién confiar.

En este artículo, exploramos el papel que jugaron los medios de comunicación, las consecuencias de la desinformación y cómo podemos prepararnos mejor para el futuro. 

Para esto, nos basamos en el informe de la UNESCO «Navegando en la infodemia con AMI» (2022) y el análisis de Andrea Varela en «Hiperconcentración, cultura digital y desinformación en pandemia».

El poder de los medios durante la pandemia

La crisis del COVID-19 puso en evidencia un problema de fondo: la concentración mediática. Andrea Varela describe este fenómeno como la acumulación del poder informativo en pocas manos, lo que limita la diversidad de voces y facilita la difusión de ciertos discursos.

En este contexto, los medios impulsaron tres enfoques o «pedagogías» que influyeron en cómo vivimos la pandemia:

1. El miedo y el negacionismo

En los primeros meses, el miedo fue protagonista. Titulares alarmistas y mensajes contradictorios generaron ansiedad y confusión. Un ejemplo claro fue la cobertura sobre la vacuna Sputnik V, que primero fue presentada como «ineficaz» y luego como un recurso escaso. Esto sembró dudas y alimentó el temor.

Según la UNESCO (2022), «la desinformación sobre las vacunas debilitó la confianza en los sistemas de salud». Además, las redes sociales amplificaron estos mensajes, intensificando la división social.

2. La aceptación y la desigualdad

Otro enfoque fue el de la «pedagogía de la crueldad». Algunos medios minimizaron el impacto del virus en los grupos más vulnerables y responsabilizaron a las personas por no «adaptarse».

Por ejemplo, el aislamiento social se presentó como un esfuerzo individual en lugar de una responsabilidad colectiva. Esto reforzó una visión meritocrática, donde la «libertad personal» se usó para justificar conductas riesgosas para la sociedad.

3. La desestabilización y el caos

Finalmente, hubo esfuerzos para erosionar la confianza en líderes y políticas públicas a través de campañas mediáticas. Estas acciones no solo desacreditaron los esfuerzos colectivos, sino que también aumentaron la violencia simbólica y real.

La UNESCO señala que «estas estrategias debilitaron la gobernabilidad y las instituciones democráticas».

¿Cuáles fueron las consecuencias?

La infodemia no fue solo ruido; tuvo efectos reales y graves:

  • Polarización social: La circulación de noticias falsas dividió a la sociedad, dificultando los consensos necesarios para enfrentar la crisis.
  • Impacto en la salud pública: La desinformación sobre vacunas redujo la voluntad de muchas personas a inmunizarse, prolongando la pandemia y aumentando las muertes.
  • Desconfianza en las instituciones: Los ataques a políticas públicas y sistemas de salud debilitaron la confianza ciudadana, dificultando la aplicación de medidas eficaces.

¿Cómo podemos estar mejor preparados y preparadas?

Para evitar que la historia se repita, necesitamos herramientas para filtrar y analizar la información. Aquí es donde entra en juego la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI).

Según la UNESCO (2022), la AMI ayuda, entre otras cosas, a identificar fuentes confiables, fomenta el pensamiento crítico y fortalece la participación ciudadana. 

Acciones concretas para el futuro:

  1. Enseñar a pensar críticamente: Incorporar la AMI en los centros educativos para que las personas aprendan a cuestionar y analizar la información.
  2. Apoyar medios alternativos: Promover los medios comunitarios para garantizar una mayor diversidad de voces.
  3. Regular la desinformación: Implementar políticas que castiguen la difusión intencional de noticias falsas y exijan transparencia en los medios tradicionales y digitales.

Conclusión

La pandemia de COVID-19 nos dejó lecciones clave sobre el papel de los medios en tiempos de crisis. Aunque muchos cumplieron con su deber de informar, otros contribuyeron a la desinformación y a la polarización social.

El reto ahora es trabajar juntos y juntas para construir una sociedad más informada, crítica y solidaria. Promover la pluralidad de voces, fortalecer la educación mediática y restaurar la confianza en las instituciones serán pasos esenciales para enfrentar futuros desafíos.

Referencias

  • UNESCO. (2022). Navegando en la infodemia con AMI.
  • Varela, A. (2022). Hiperconcentración, cultura digital y desinformación en pandemia. La Alfabetización Mediática e Informacional como respuesta.