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Del rumor al dato: alfabetización informacional como derecho humano en tiempos digitales
Vivimos en un mundo donde la información nos rodea por todos lados: en las redes sociales, los noticieros, los memes que nos envían por WhatsApp, e incluso en las conversaciones que tenemos en la tienda de la esquina. Estamos constantemente expuestos a un flujo interminable de datos, pero ¿cómo saber qué es cierto y qué no? ¿Cómo distinguir entre una noticia importante y una que solo busca manipularnos? Aquí es donde entra en juego la alfabetización informacional: una habilidad clave para nuestra vida en esta era digital.
¿Qué es la alfabetización informacional?
La alfabetización informacional se refiere a la capacidad de identificar, localizar, evaluar y utilizar información de manera crítica y efectiva. Esta competencia nos permite no solo acceder a la información disponible, sino también procesarla de forma que podamos tomar decisiones fundamentadas, conscientes y responsables (Bruce, 2003). En un contexto digital, ser alfabetizado informacionalmente significa saber distinguir entre la información veraz y la que busca manipular, además de comprender su impacto en nuestra vida cotidiana. Es como tener un mapa y una brújula en medio de un inmenso océano de datos. No se trata solo de encontrar información, sino de saber si es confiable y cómo usarla.
La alfabetización informacional no es algo nuevo; de hecho, tiene sus raíces en los años 70, cuando Paul Zurkowski acuñó el término en Estados Unidos. Zurkowski (1974) lo definió como la capacidad de usar herramientas informativas para resolver problemas y tomar decisiones. En esa época, la información no estaba al alcance de todos como lo está ahora, pero ya se reconocía la necesidad de que las personas supieran buscar, analizar y aplicar información de manera efectiva. Con el tiempo, y especialmente con el auge de la tecnología, este concepto se expandió, adaptándose a un mundo donde el acceso a los datos es casi ilimitado.
El papel de la alfabetización informacional a nivel global
A medida que el concepto de alfabetización informacional fue cobrando relevancia, comenzó a ser adoptado y promovido por organismos internacionales como la UNESCO, que reconoció su potencial para transformar sociedades. Durante las décadas de los 80 y 90, el término evolucionó de ser una idea centrada en el ámbito académico y bibliotecológico a convertirse en un pilar del desarrollo humano integral. Este cambio reflejaba la creciente complejidad del entorno informativo, impulsado por el auge de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). La UNESCO (2005), en particular, destacó la importancia de la alfabetización informacional como una herramienta clave para empoderar a las personas y garantizar su acceso equitativo al conocimiento en un mundo cada vez más interconectado.
Un momento crucial en esta trayectoria fue en 2005, cuando la UNESCO (2005) lideró la “Declaración de Alejandría sobre la Alfabetización Informacional y el Aprendizaje a lo Largo de la Vida”. Este documento marcó un hito al establecer que la alfabetización informacional no solo es una habilidad, sino también un derecho humano fundamental, esencial para la participación plena en la sociedad contemporánea. La declaración subrayó que el acceso a la información y la capacidad de utilizarla de manera crítica son requisitos indispensables para el desarrollo sostenible, la participación ciudadana y la construcción de sociedades más justas e inclusivas. Desde entonces, la UNESCO ha trabajado activamente para integrar la alfabetización informacional en políticas públicas y programas educativos, promoviendo un enfoque global que conecta esta habilidad con la educación, la equidad y la transformación social.
El impacto de la alfabetización informacional en la vida cotidiana
Entonces, ¿qué significa ser una persona alfabetizada informacionalmente hoy? En palabras simples, es saber reconocer cuándo necesitamos información, buscarla en los lugares adecuados, evaluarla con ojo crítico y usarla de forma responsable. Más que una habilidad técnica, se trata de una competencia para la vida.
Todo empieza con algo básico: identificar que hay algo que no sabemos. Tal vez necesitamos entender un cambio en las políticas públicas, decidir en qué gastar nuestro dinero o simplemente comprobar si un rumor que escuchamos es cierto. La alfabetización informacional comienza cuando nos hacemos preguntas y buscamos respuestas. Pero encontrar información no es suficiente. El desafío está en evaluar si esa información es confiable. ¿Quién la creó? ¿Con qué intención? ¿Tiene fundamento o es solo un dato sacado de contexto? Estas preguntas son esenciales, especialmente en un país como Colombia, donde la desinformación puede influir en decisiones políticas o en la percepción de temas tan sensibles como la búsqueda de escenarios de paz.
Evaluación crítica y ética en el manejo de la información
Además de encontrar y analizar información, la alfabetización informacional nos enseña a usarla con ética. ¿Sabías que compartir noticias falsas, aunque no lo hagamos con mala intención, puede tener consecuencias graves? En un mundo donde un mensaje se viraliza en minutos, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de difundir información confiable, respetar derechos de autor y contribuir a un entorno digital más seguro y justo.
Pero hay algo más. Esta habilidad no solo nos ayuda a navegar mejor por internet, sino que también nos empodera para usar la información en nuestra vida diaria. Desde tomar decisiones en el ámbito personal hasta participar activamente en nuestra comunidad, la alfabetización informacional nos da herramientas para ser ciudadanos más críticos y conscientes.
¿Cómo la desinformación afecta decisiones cotidianas?
Pero ¿qué significa esto en nuestro día a día? Pensemos en un ejemplo típico en Colombia: te llega un mensaje por WhatsApp diciendo que el precio del arroz subirá considerablemente en los próximos días porque hay desabastecimiento. ¿Qué haces con esa información? Si decides creer sin cuestionar y vas corriendo al supermercado a comprar bolsas de arroz, podrías estar contribuyendo al problema de desabastecimiento que, en muchos casos, es más un efecto de la desinformación que de una realidad. Ahora, si decides verificar la noticia, buscar fuentes confiables como el Ministerio de Agricultura o el siempre recordado “Tal Cual”, vocero de la Confederación Colombiana de Consumidores, y además evalúas si quien envió el mensaje tiene una intención de alarmarte o simplemente replicó algo que le llegó, estás aplicando la alfabetización informacional.
La alfabetización informacional y la construcción de paz
En un contexto como el colombiano, donde hemos vivido décadas de conflicto, esta capacidad tiene un impacto profundo en la construcción de paz. Aprender a identificar hechos reales, evitar rumores y promover diálogos informados puede marcar la diferencia en cómo reconstruimos nuestro tejido social. Además, en una sociedad desigual, enseñar estas competencias a más personas puede ser un paso importante hacia la equidad, ayudando a cerrar brechas y a dar voz a quienes más la necesitan.
La alfabetización informacional es más que una herramienta académica; es una necesidad diaria. Nos permite enfrentarnos al exceso de datos con confianza, tomar mejores decisiones y contribuir a un entorno social más informado y responsable. No se trata de ser expertos en tecnología, sino de desarrollar una mirada crítica y reflexiva ante lo que consumimos y compartimos.
Así que, la próxima vez que te enfrentes a una noticia, un meme o un dato curioso, recuerda: detrás de cada pieza de información hay un contexto, una intención y un impacto. Ser alfabetizado informacionalmente es tener el poder de comprender ese trasfondo y usarlo para construir un futuro más informado, justo y pacífico.
Referencias
Bruce, C. (2003). Information literacy as a catalyst for educational change: A background paper. En UNESCO (Ed.), International Information Literacy Conferences and Meetings (pp. 1-17). NCLIS.
Zurkowski, P. G. (1974). The Information Service Environment: Relationships and Priorities. National Commission on Libraries and Information Science.
UNESCO (2005). Declaración de Alejandría: Alfabetización informacional y aprendizaje a lo largo de la vida. International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA). https://repository.ifla.org/handle/20.500.14598/3150