“Se están metiendo”: La leyenda urbana que sembró miedo en Bogotá

Hace seis años corrió un rumor que desató pánico en muchas familias: decían que “se iban a meter a los conjuntos residenciales”. En mi casa lo vivimos de cerca. Recuerdo que mi tía me llamó alarmada para saber cómo estábamos. Yo, entre risas, le respondí que todos estábamos tranquilos viendo una película y que ella debía relajarse. La semana pasada volvimos a hablar del tema y me sorprendió descubrir que aún cree que aquello sucedió. Me aseguró que lo había visto en televisión: imágenes de jóvenes entrando a la fuerza en un conjunto de algún barrio. Por más que intenté convencerla de lo contrario, no lo logré.
Este tipo de historias —que circulan de boca en boca, en cadenas de WhatsApp o en redes sociales— parecen creíbles y hasta algunos medios las replican, pero rara vez cuentan con pruebas sólidas. Son leyendas urbanas que, con el tiempo, se desprenden de su origen concreto y se consolidan como si fueran verdades. En ese entonces, el gobierno había decretado toque de queda por las protestas ciudadanas. Aunque los bogotanos acataron la medida y permanecieron en sus viviendas, comenzaron a difundirse mensajes alarmistas: “ya llegan”, “se están metiendo”. La narrativa de “vándalos” merodeando conjuntos fue reforzada incluso por algunos dirigentes políticos en redes sociales, lo que alimentó aún más la inseguridad y el miedo colectivo.
Lo que empezó como un rumor terminó generando escenas de vecinos armados con palos y objetos improvisados, apostados en las porterías para “defender” sus hogares. Nada de lo anunciado ocurrió: no hubo un solo registro noticioso que confirmara los supuestos ataques. Al final, la historia se convirtió en una leyenda urbana más, que hoy recordamos entre memes y bromas, pero que en su momento causó pánico y descontrol innecesarios.
Estas leyendas urbanas son relatos diseñados o amplificados para generar miedo, confusión o desconfianza, y que al repetirse terminan instalándose en la memoria colectiva como si fueran hechos ciertos. Por eso, la mejor defensa es aprender a dudar, verificar las fuentes.
Referencias: ElEspectador RazónPública Paopinedaoficial Perfil Instagram
Por: Diana Socha Hernández
@dianasochacuenta
