Verdades envenenadas: el reto ético de la prensa

Malinformación
Vulgarización: Verdades venenosas. Usar algo real para herir o avergonzar a alguien.
Verdades envenenadas: el reto ético de la prensa
Hay verdades venenosas. Hechos que evidencian una falta pero que hieren, no sólo a la persona directamente implicada, sino también a su familia o a las personas cercanas.
Los periodistas constantemente se enfrentan a la decisión de publicar evidencia que reciben o encuentran durante sus procesos de investigación. Allí la ética juega un papel fundamental: ¿hasta qué punto una verdad aporta al interés público y cuándo, en cambio, se convierte en un daño innecesario?
Sabemos que las leyes cobijan esta profesión. El artículo 20 de la Constitución Política garantiza la libertad de expresión, información y prensa. Sin embargo, esa libertad no significa ausencia de límites. Al contrario, la función social del periodismo exige responsabilidad, contraste de fuentes y sensibilidad frente a las consecuencias que una publicación puede generar.
La verdad, cuando se publica sin contexto ni pruebas sólidas, puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, cumple con el deber de informar; pero, por el otro, puede alimentar rumores, dañar reputaciones y afectar de manera irreversible la vida privada de las personas. Por eso, la ética periodística no solo protege a los implicados, también fortalece la credibilidad de los medios y la confianza de la ciudadanía.
¿Recuerdan el caso de la «comunidad del anillo»? La emisora La FM el 16 de febrero de 2016 publicó la grabación de una conversación de índole sexual entre el exviceministro Carlos Ferro con el cadete de la Policía, Anyelo Palacio.
Debido a esto, hubo una demanda por quienes aseguraron sentir: «agobio, estigmatización, discriminación, daño productivo y emocional». El Juzgado 22 Civil del Circuito declaró civilmente responsables a los demandados por los daños morales ocasionados a los demandantes y ordenó el pago de dinero a varias personas del núcleo familiar de Ferro.
El reto está en encontrar el equilibrio: informar con rigor y valentía, pero también con humanidad y responsabilidad. Al final, el periodismo no se trata solo de contar lo que ocurre, sino de hacerlo de una manera que contribuya a una sociedad mejor informada y menos dañada por verdades envenenadas.
Referentes: WRadio El Tiempo ElEspectador
